Hoy
voy a empezar a presentaros uno de los monumentos que podemos ver Teruel, mi
ciudad, y voy a comenzar con uno de los elementos más reconocibles del Skyline
de Teruel
La
Torre de El Salvador se levanta adosada a la iglesia del mismo nombre en el
centro de la calle de El Salvador que transcurre por su paso inferior. La fábrica
de la iglesia a la derecha y edificios de viviendas a la izquierda cubren buena
parte de dos de sus laterales, mientras que la estrechez de la vía la encajona
de tal manera que hace complicado el conseguir una buena toma general de la
misma así como su vista de conjunto.
Su
interior acoge el Centro de Interpretación del Mudéjar, que resulta de lo más
interesante y aconsejable, ya que se trata de una de las escasas oportunidades
que tenemos de contemplar la estructura interior de las torres mudéjares aragonesas.
La entrada se realiza a través de una pequeña puerta situada a la derecha
subiendo desde el Paseo del Ovalo, justo antes de llegar al paso inferior. Este
acceso que no es el original, ya que este se encuentra en el interior de la
iglesia, se acondicionó precisamente para hacerla accesible al público,
completando la visita con la proyección de audiovisuales sobre el mudéjar de la
ciudad, un espacio expositivo y diversos paneles explicativos que ayudan a
conocer y entender este tipo de construcciones que tanto se prodigaron en el
territorio aragonés a partir del siglo XIV y hasta bien entrado el XVII.
Presenta
estructura de alminar hispano-musulmán a base de una torre cuadrada a la que
envuelve otra del mismo tipo. En el espacio que queda entre ambas discurre la
caja de escaleras que se cubre con bovedillas por aproximación de hiladas o
enjarje, dispuestas de forma escalonada en los tramos de subida mientras que en
los tramos rectos crean una especie de artesa invertida.
La
torre interior abarca todo el primer cuerpo hasta el de campanas y está
dividida en tres salas superpuestas a las que se accede desde la caja de
escaleras.
Las
tres salas se abovedan con crucería sencilla. En la primera los nervios son
abaquetonados mientras que en las dos superiores tienen forma rectangular. Unos
pequeños óculos se abren en la parte superior de la bóveda hacia las escaleras.
El cuerpo de campanas es hueco en toda su altura. En su interior
se han habilitado unos soportes para sujetar las campanas que antes colgaban de
los vanos y de esta manera poder quedar a la vista.
Dado el doble sistema de vanos que se abren en cada lado, este
espacio queda conformado por un considerable número de aberturas dispuestas en
dos alturas.
La cubrición de la torre se realizó con una bóveda de ocho paños
que arrancaba de los centros de los lados y de cuatro arcos diagonales en las
esquinas. Los espacios entre estos arcos y los ángulos de la torre se cierran
con bóvedas por aproximación de hiladas. Actualmente está cubierta ha sido
sustituida por una estructura de hormigón de ocho paños planos que sirven de
apoyo a la cubierta.
La decoración de la fachada está realizada con cerámica blanca y verde y resaltes realizados con los propios ladrillos de la estructura de la torre. Aunque los motivos decorativos se repiten en los cuatro lados, varía su anchura ya que la torre presentan planta ligeramente rectangular con una diferencia de más de un metro entre sus caras este (8,94 metros) y norte (7,85 metros), lo que hace que en esta cara y la sur los temas se dispongan con un número menor de elementos.
En cuanto a la fecha de su construcción, hay que situarla en la primera mitad del siglo XIV, desde luego con posterioridad a 1315-1316, años en los que se ha fechado la torre de San Martin (su llamada “torre gemela” de la que hablaremos más adelante).
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